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Aún son algunos los testigos del paso de pueblo a ciudad de nuestro querido Alcorcón. Y digo «algunos» no porque haya pasado demasiado tiempo desde que se produjo el espectacular cambio, sino porque los que los hemos vivido tenemos que haber formado parte, necesariamente, de aquel pequeño grupo de habitantes que a finales de los 50 no llegaban según el censo a 4.000 personas.

Para muchos de los actuales habitantes es inconcebible pensar que, hace menos de medio siglo, Alcorcón era un pequeño pueblo con calles sin asfaltar que ha multiplicado su demografía por 40.

Corría el año 1968 cuando el Dr. Recio García de la Torre y su familia se instalaron en la localidad ofreciendo su especialidad a los alcorconeros. Haber sido testigo de ese cambio, haber participado en el día día de la evolución demográfica y urbanística no solo es un orgullo, es un sentimiento de pertenencia al grupo, de vinculación y de sentimientos arraigados vinculados a las personas muy difícil de transmitir.

Hoy vivimos y disfrutamos de un Alcorcón moderno y prospero comparado con aquellos tiempos, un Alcorcón que, pese a los altibajos normales, ofrece una alta calidad de vida. Desde la Clínica JAR queremos aportar también nuestro grano de arena a la calidad de vida de nuestros vecinos ofreciendo la última tecnológía, la experiencia de muchos años, pero, sobre todo, el trato directo, humano y amable que nos caracteriza desde aquellos años que solo los auténticos «pioneros» disfrutamos.

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